En esta oportunidad hablaremos de los vinos crianza, que sin duda es uno de los más valorados por los consumidores en lo que se refiere a vinos españoles, pero ¿No te gustaría conocer un poco más acerca de sus propiedades y características?
La crianza tiene la particularidad de hacer evolucionar los aromas de un vino mediante la preservación de las características jóvenes de las uvas. Con la crianza se alcanza la fermentación idónea facilitando la fusión entre los diferentes aromas del roble y el bouquet). Todo este proceso de envejecer de forma equilibrada el vino se traducirá en un exquisito vino para ideal para celebrar y regalar.
¿Qué es un vino de crianza?
El vino de crianza es aquel que en su elaboración ha tenido que pasar por un minucioso proceso de envejecimiento, este proceso de crianza se desarrolla en dos fases: en la primera etapa el vino es depositado en barricas de madera de roble una vez terminada la fermentación; en la segunda etapa, el vino permanece en la botella por un periodo de tiempo determinado donde se controlan las condiciones ambientales como son la iluminación, temperatura y humedad.
En el caso particular de los vinos tintos Crianza de la DOCa Rioja, estos deben permanecer un tiempo mínimo de dos años para su envejecimiento, para ello se almacenan en barricas de roble con capacidad de 225 litros (barrica bordelesa).
¿Cuánto tiempo tiene el vino crianza?
Los vinos crianza deben tener un periodo de envejecimiento de unos 24 meses, por lo menos. Luego pasan a la barrica entre 6 meses y 1 año. Lo que reste de tiempo de maduración será en la botella cuidadosamente sellada con corchos, donde debe permanecer en posición horizontal lejos de la luz y con muy poco oxígeno.
¿En qué se diferencia un vino de crianza y un reserva?
Para los que se inician en el mundo del vino, seguramente tendrán muchas dudas acerca de los factores que condicionan un vino para que sea clasificado como crianza, reserva o gran reserva. Si nos centráramos en una sola palabra, sin duda diríamos que el condicionante principal es el tiempo, y esto sería correcto, ya que en esta clasificación de vinos el tiempo de envejecimiento que se le dé en la bodega es fundamental.
Sin embargo, hay algunos otros matices que intervienen en la calidad del producto final, que permitirá decir que un vino es considerado Crianza, Reserva o Gran Reserva. En este caso cada uno tendrá algunas características distintivas.
1- Vino crianza:
Cuando hablamos de vinos tintos, entrarían dentro de la categoría de crianza aquellos vinos con un envejecimiento total mínimo de 24 meses, de los cuales al menos 6 deben ser en barrica. Los vinos blancos y rosados tienen un tiempo de maduración de 18 meses, pasando al menos 6 meses en barrica.
El tiempo que este vino pasa en barrica, le confiere matices y aromas gracias a la madera y, una vez distribuido, puede permanecer entre 5 y 10 años embotellado.
2- Vino reserva
En cuanto a los vinos tintos, el período total de envejecimiento es de al menos 36 meses, y deben permanecer un mínimo de 12 meses en barrica. Sin embargo, para blancos y rosados la permanencia sería de 24 meses en total, con un mínimo de 6 meses en barrica.
El tiempo que tarda este vino en producirse, es de 3 años. Permaneciendo mínimo de 12 meses en barrica y el resto del tiempo permanecerá embotellado cuidando que las condiciones de humedad, luz, temperatura y posición sean las mismas que para el vino de crianza.
¿Cuánto dura un crianza en botella?
En lo que se refiere al tiempo óptimo de consumo de los vinos, esto puede variar en función de muchos factores, Los vinos rosados han de beberse por lo general antes. Lo recomendable es consumirlo durante el año siguiente a su embotellado, aunque algunos vinos rosados pueden aguantar hasta 2 años.
En el caso del vino blanco éste tiene algo más de vida que los rosados, pero menos que los tintos. Existen algunas diferencias entre los blancos jóvenes y los que tuvieron cierto tiempo en barrica. Un vino blanco joven es recomendable beberlo entre un año y dos después de su embotellado.
Por otro lado, un vino tinto crianza, se puede consumir entre los dos y cinco años después de ser embotellado. El tinto reserva puede disfrutar de mucho más tiempo guardado, unos seis y diez años.
¿Qué vino es más fuerte crianza o reserva?
Los vinos reserva son por lo general de mejor calidad que los crianza, esto se debe a que su tiempo de envejecimiento es mayor. De esta forma los tintos Reserva pasan por un proceso de maduración mínimo de 36 meses de maduración, permaneciendo al menos 12 meses en barrica de madera.
El crianza lo más habitualmente dura un periodo mínimo de 6 meses en barrica y otros seis meses en la botella. Mientras que el reserva permanece normalmente 12 meses en la barrica y 12 meses en la botella para poder salir al mercado.
En consecuencia, un vino reserva es significativamente superior al crianza, de esta manera una botella que tenga 10 años o más estará en óptimas condiciones para el consumo.
3 Crianzas Recomendados
Beronia Crianza
El Beronia Crianza es un vino muy peculiar, ya que gracias a los procesos de elaboración se logran extraer los aromas y colores que junto con la fermentación a temperatura controlada y su reposo en depósitos y en barricas mixtas hacen de este fantástico vino un producto delicioso sorprendente.
El Berona Crianza solo sale al mercado una vez que ha pasado tiempo durante el cual se afina poco a poco y alcanza un mejor sabor por sus notas tostadas que no dejan indiferente al paladar del degustador, por su sabor bien equilibrado entre fruta, regaliz, chocolate y café con su característico aroma a frutos rojos.
El Coto Crianza
El Coto Crianza es un tinto frutal, que ha evolucionado positivamente con el tiempo, está al alcance de la mayoría de los consumidores.
Siendo de una excelente calidad.
Ha sido merecedor de varios premios internacionales en importantes plazas como Londres, Bruselas y Praga.
En este delicioso vino destacan tonos avainillados y otros aromas más emblemáticos del roble tostado.
Ramón Bilbao Crianza
Un vino clásico, producto de un exhaustivo seguimiento en el proceso de maduración de la uva extrayendo el máximo potencial de cada una de ellas, combinándolas para producir uno de los tintos más equilibrados y versátiles de Rioja, este es un vino balsámico y armonioso capaz de conquistar cualquier buena mesa.
Ya conocemos más a fondo qué diferencia un vino crianza de un reserva, esperamos que esta clasificación pueda orientar y sea de gran utilidad a la hora de identificar los procesos que intervienen en la elaboración de cada uno, todos estos detalles te harán disfrutar aún más de un buen vino ya sean jóvenes, crianza o reserva.¡Salud!
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